“No habían pasado más de un par de minutos de las 12 de la mañana. Se respiraba tranquilidad en el instituto. Los alumnos estábamos en nuestras aulas en una mañana donde ya empezaban a sentirse “los calores” que vienen. Nada hacía presagiar los acontecimientos que, entre temerosos e incrédulos, íbamos a vivir en una apacible mañana cartagenera.
Empezó con una vibración imperceptible, un ruido lejano que poco a poco se iba incrementando. Cuando las mesas y sillas empezaron a moverse, la pizarra (la digital) se cayó al suelo y empezamos a oír gritos lejanos, nos dimos cuenta que allí pasada algo gordo. Tenía toda la pinta….¡¡ era un terremoto !!. Entonces recordé lo que nos han habían enseñado no hacía mucho sobre lo que teníamos que hacer en caso de un seísmo. Busqué desesperadamente meterme debajo de la mesa. Ví que mis compañeros lo recordaban también (por lo visto, el miedo activa las neuronas) y en un abrir y cerrar de ojos la clase parecía un bosque lleno de gnomos refugiados bajo las setas.
Cuando las cosas dejaron de moverse, miramos atónitos a nuestro alrededor. Intentamos ayudar a compañeros que se encontraban afectados mientras esperábamos acontecimientos. El profe nos dijo que, pasado el temblor inicial, podían llegar las réplicas, o sea, más terremotos. Nos dijo que saliéramos rápido a un punto seguro. Yo no sabía qué era un “punto seguro” pero al menos eso de….seguro me sonó bien y me hizo reaccionar rápidamente, eso sí, sin correr ni tirarme por la ventana.
Llegamos al punto seguro que era una zona donde no había peligro de que algo nos cayera encima. Intentamos tranquilizarnos y esperamos acontecimientos. ¡¡ Uuuufffff vaya susto !!”
Evidentemente todo lo anterior es una ficción. Nada de eso pasó pero….pudo haber pasado. Dentro del Plan de Prevención frente a terremotos que hoy se ha realizado en Cartagena donde han participado la U.M.E., Policía, Bomberos, Protección Civil, atención sanitaria, etc., en el Politécnico tuvimos nuestro simulacro sobre el tema. Una vez que “sobrevivimos” del primer temblor aplicando las medidas de autoprotección, desalojamos el centro en poco más de 4 minutos buscando el punto de reunión seguro.
Fue una ficción pero muy positiva para conocer qué hacer en esos trágicos momentos. Te recordamos algunas de esas recomendaciones:
- No correr “a lo loco”. Protegerse bajo una mesa, junto a muros de carga o marcos de puerta. Taparse la cabeza con las manos o un libro.
- No utilizar ascensores
- Alejarse de cristales, lámparas, lejas u otros objetos que puedan caer.
- Pasado el temblor acudir a un punto seguro: Espacio libre alejado de edificios, cornisas, tejados, tendidos eléctricos, etc.
- Seguir las instrucciones de los equipos de evacuación. No saturar las líneas telefónicas.