“Día del Libro” – 23 de abril

El origen del día del libro se remonta a 1926. El 23 de abril de 1616 fallecían Cervantes, Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega. También en un 23 de abril nacieron (o murieron) escritores como Vladimir Nabokov, Josep Pla o Manuel Mejía Vallejo. Por este motivo, esta fecha tan simbólica para la literatura universal fue la escogida por la Conferencia General de la UNESCO para rendir un homenaje mundial al libro y a sus autores, y de ese modo animar a descubrir, respetar y disfrutar con la lectura.

Según el filósofo estadounidense Skinner, mucho más importante que recomendar libros es fomentar el amor a la lectura. Sin embargo, esto último no es tarea fácil (bien lo sabemos los profes de Literatura) y cada año se ponen en marcha con motivo de esta celebración diversas actividades encaminadas a conseguirlo sobre todo en los jóvenes.

Pero ¿por qué  hay que convencer acerca de lo importante que es leer? ¿No son obvias sus utilidades? Seguro que a cualquiera que le preguntemos para qué sirve la lectura ( sea muy lector o no) nos dirá sin problemas que para mejorar la ortografía ( argumento que se nos repite a modo de mantra desde pequeños y  nos queda grabado a fuego en la mente), la comprensión escrita, la capacidad de reflexión, la creatividad, la imaginación y  la memoria.  Ahora bien, yo destacaría una por ser quizá la fundamental porque sin ella no se puede vivir o al menos no tan bien como queremos. No se trata ni más ni menos que ser libre. Sí, ser libre. Es algo a lo que todos aspiramos y lo tenemos al alcance de la mano. En un simple gesto como es coger un libro y leerlo. No se siente la libertad inmediatamente. Hay que ser paciente.

Pero, pasado un tiempo  y gracias a la experiencia adquirida, te conviertes en un lector competente, activo , crítico y con talento, capaz  no solo de leer entre líneas  sino también de comprender al otro (al escritor) desarrollando la tolerancia, la emoción inteligente, la empatía.  No todos aspiramos a ser escritores (hay que ser muy valiente), pero sí deberíamos aspirar a ser esa clase de  lectores, pues nunca fue tan necesario adquirir esos valores como ahora. Quizá así nos engañen menos. Quizá así seamos más libres.

 “Uno llega a ser grande por lo que lee

y no por lo que escribe.”

Jorge Luís Borges

Noticia elaborada por:  Mercedes Bohajar Jara
Dpto. Lengua Castellana y Literatura